miércoles, 7 de noviembre de 2012

Como celebramos la fiesta del farol

Pensando pensando , me di cuenta de que a veces cuando hacemos algo por primera vez cualquier ayuda es poca, y con esto de las fiestas pasa mucho que nos sentimos perdidos y no sabemos como empezar.
Pues lo primero que me gustaría contaros es que no hay que gastar mucho dinero, sino imaginación.
Días antes comenzaremos a elaborar los farolitos, que ya os he dejado una entrada con estas instrucciones, con nuestros niños y con quien nos apetezca compartir la experiencia, lo siguiente es que días antes comencemos a contar el cuento del farol y a aprendernos junto a nuestros niños las canciones que cantaremos ese días.
El día anterior a la celebración, elaboramos con los niños unos panecillos de pasas, más bien elaboramos solo la masa, y los horneamos antes de la fiesta.
Ya tenemos los elementos principales. Pero también estaría bien que previo a ese día compremos o vayamos a recoger castañas, y tengamos a mano una bolsa de palomitas de maíz para prepararlas antes de la fiesta, aunque las castañas zas las asaremos durante la fiesta, y si queremos también en ese momento podemos hacer las palomitas que calentitas esta mas ricas.
No sería mala idea dejar en unos calderos o en Termos agua caliente para infusiones,  chocolate para beber, y caldo de verduras , u otro que nos parezca bien, a nosotros nos encanta el de cocido, y una bandeja con distintas bolsitas de infusión, un azucarero , vasos, cucharas y servilletas, para compartir a la vuelta del paseo.
La fiesta comienza con un cuento, que si no lo hacemos como teatrillo de mesa, se puede hacer de esta manera, un adulto lo relata, y algunos niños pueden hacer  los personajes, como un juego. Una niña llevará el farol, y los otros hacen del oso , zorro, zapatero, etc.
Tras terminar el cuento o el juego, cada quien tomará su farol, de la mano de sus papas, y emprenderéis juntos un camino que previamente debéis elegir con cuidado, ya que debe ser un lugar oscuro, pero seguro, un sendero por el bosque , la orilla de la playa u otro lugar que no este iluminado con luz eléctrica  para que el farol sea el que nos ayude a iluminar nuestro camino.
Mientras cantamos nuestras canciones hacemos ese camino, y al final de este debe encontrarse un adulto con una bandeja donde todos los niños se sientas en corro, en silencio y calma se reparten los panecillos a cada niño para que este lo comparta con su familia, y se lo entregamos como si de un tesoro se tratase.
Cuando los niños y los padres han tomado fuerzas,  emprendemos el camino de regreso al lugar donde están los refrigerios y juntos disfrutamos los alimentos y la compañía.
No nos olvidemos de agradecer a todos su presencia, y de trasmitirles lo importante que ha sido compartir ese momento con ellos, y desearles una buena entrada al invierno que pronto nos visitará.
Que la luz que todos llevamos dentro nos ilumine nuestro camino y ayude a iluminar también el de los demás.
Si estáis entre creyentes Cristianos , podéis desear que la Luz de cristo nos ilumine nuestros corazones y lleguemos a ser nosotros mismos luz para el mundo.
Espero que esta guía os ayude y que lo paséis muy bien.

Receta de pan de Pasas y miel.

Receta para realizar para la fiesta del farol.
Pan de pasas y miel:Ingredientes Preparación
  • 400 g de
  • harina
  • 10 g de
  • levadura
  • de
  • panadero
  • 50 ml de
  • aceite
  • 150 ml
  • agua
  • 150 ml
  • leche
  • 50 g miel
  • 50 g de
  • azúcar
  • 40 g de
  • pasas
  • Sal
  • Mezclar 400 g de harina con una pizca de sal y 10 g de levadura de
  • panadero.
  • Hacer un agujero central donde agregaremos 50 ml de aceite, 150
  • ml agua, 150 ml leche, 50 g miel y 50 g de azúcar, además de 40
  • g de pasas.
  • Amasar bien hasta conseguir una masa elástica, homogénea y
  • húmeda.
  • Dejar fermentar 30 minutos para que fermente, posteriormente
  • volver a amasar y formar panes, trenzas o roscos.
  • Volver a fermentar hasta que duplique el tamaño y hornear a 180º
  • durante 14 minutos.
  • Dejar enfriar y servir.

Cuento "La niña del farol"


Para los que os animéis a celebrar  la fiesta del farol, este es el cuento típico que se representa en el teatrillo de mesa, o como un juego con los niños en este día de fiesta,aunque también por supuesto como un juego propio del Otoño, aunque no celebréis esta fiesta.
LA NIÑA DEL FAROL:

Al anochecer de un día de Noviembre, cerca de una pequeña aldea, se pudo observar una forma misteriosa que se deslizaba por campos y prados, parecía una serpiente luminosa. Al mirarla atentamente se podía ver que estaba formada por gran cantidad de lucecitas, parecía que una constelación de estrellas había bajado del cielo y se movían por la tierra.

También se oían sonidos armoniosos y las ráfagas de viento traían bellas canciones.

Poco a poco, la serpiente luminosa se iba acercando a la aldea y las canciones se oían más cerca.

¿Qué era aquello? Eran los niños de la aldea que celebraban su fiesta del farol, cada estrellita era un farolillo llevado por un niño.

Las canciones contaban la Historia de un caballero que en una noche muy fría había compartido su capa con un mendigo.

Al final de aquella serpiente luminosa iba una niña que caminaba lentamente, muy pendiente de su farolillo pues su vela se había gastado y estaba a punto de apagarse. Caminaba tan lenta que se quedó sola sin darse cuenta, su luz se apagó del todo, las canciones cada vez se oían más lejos; la envolvía una gran oscuridad, esa noche si siquiera alumbraban las estrellas. Se quedó parada sin saber que, un gran miedo se apoderó de ella. ¿Qué debía hacer allí en la oscuridad? Empezó a llorar y a llamar, nadie respondía ni oía sus gritos de angustia.

Se sentó en el suelo y pareció oír una vocecita que le decía: “Ánimo, ten valor, busca el camino. Ella lo conocía de día, ahora debía encontrarlo de noche.

Se levantó y empezó a andar, de pronto tropezaba y caía, se chocaba con una valla, o se enredaba en un arbusto, pero ella seguía adelante intentando una y otra vez encontrar la vereda que la llevaría a la aldea. Ahora bajo sus pies había muchas piedras pero ella seguía y seguía pero esta vez se chocó con una gran roca que la hizo caer al suelo. Se hizo tanto daño que empezó a llorar desconsoladamente.

Así estuvo un rato, hasta que se le fue pasando el dolor. De repente, a pesar de la oscuridad pudo divisar delante de sí una figura humana, parecía un niño poco mayor que ella.

El niño le preguntó ¿Por qué lloras ¿ ¿ Qué te pasa? Porque mi farolillo se apagó y me he perdido, no sé volver a mi casa.

El niño se inclinó sobre su farol y le dijo: “Pero si hay luz en tu farol, mira. “

La niña miró y pudo ver que su farol lucía mucho más que antes, la luz parecía una estrellita.

¿De dónde vino esta luz? Preguntó la niña.

Estrellas como estas se encuentran en los farolillos de todos los niños, pero no se dan cuenta de ello hasta que se han perdido como te ha pasado a ti.

¿Quién pone estas estrellas en nuestros faroles?

Un pobre mendigo prendió su luz hace cientos de años.

¿Quién era ese mendigo?

Había llegado el Otoño, era una noche fría y oscura, un caballero llamado Martín viajaba por un camino solitario, al borde del camino se encontró con un mendigo cubierto de harapos que le pedía limosna. Martín era pobre, sólo tenía una gran capa que le tapaba del frío, paró su caballo, sacó su espada y partió su capa por la mitad y se la dio al mendigo. Al hacerlo su corazón se inundó de una luz cuyo brillo iluminó la obscura noche de otoño.

A la noche siguiente cuando Martín dormía, oyó una voz que le llamaba por su nombre, abrió los ojos y vio a dos ángeles que se acercaban a él y le llevaban la mitad de la capa que había regalado al mendigo. Detrás de ellos apareció el rostro del mendigo rodeado de luz que le dijo: “Martín al ayudar al mendigo, tú has disminuido mi propia miseria, pues de todo hombre soy hermano.

Al desaparecer la imagen, Martín notó que la luz que rodeaba al rostro del mendigo se metió en su corazón y ya nunca se apagaría.

La niña preguntó ¿Quién era aquel mendigó? Era el hijo de Dios que andaba buscando corazones humanos que quisieran recibir su luz. Cuando los niños celebran la fiesta del farol, la luz que recibió San Martín también acompaña a las lucecitas de su farol, es una chispita de ella.

Con la luz de su farol la niña pudo ver que el niño que hablaba con ella tenía muy poca ropa y temblaba de frío. Ella no tenía nada con qué abrigarle, su abriguito era pequeño. Entonces levantó sus manitas para calentarle los hombros, frotándoselos, el niño apareció ahora mucho más alto y con una vestimenta luminosa y con grandes alas que irradiaban luz. ¿Quién eres? Dijo la niña. Soy uno de los servidores del mendigo. He venido a encender tu farol con la luz de San Martín, ahora ya puedes volver a tu casa, yo iré detrás de ti a acompañándote. Cuando llegó a la aldea se volvió para darle las gracias y el ángel había desaparecido.

La niña llegó a su casa y contó lo que el ángel había hecho por ella. Todas las noches hasta que llegó el día de nochebuena la familia encendía el farolillo y juntos preparaban la venida del niño Jesús cantando.


La leyenda de San Martín